Curiosa anécdota. El linyera que ayudó a Oreste Berta en la Vuelta de San Pedro

Febrero de 1967. Contada por el mismo Oreste Berta:

«Vamos a correr la primera carrera del Turismo de Carretera con el equipo Torino a San Pedro. Bajamos los autos en un camino para hacer unas pruebas, salimos con los dos primeros autos y todo perfecto. Sin embargo, el tercero, el de Héctor Luis Gradassi, fallaba.

Yo en ese tiempo era Director de Productos Avanzados en IKA Renault, era Jefe de Competición y tenía diez o quince mecánicos especialistas en diferentes aspectos. Incluso, yo en carburación había estado trabajando tres meses en la Weber en Italia que eran los carburadores que se usaban. Salíamos, acelerábamos y fallaba.

Estuvimos horas con eso hasta que se apareció un linyera con un palito y la bolsita colgada. Se paró al lado del auto y miraba. En un momento dice ‘Weber 45’, que en ese tiempo era la avanzada. Todos los miramos. Salimos, probamos y no seguía andando.

Entonces el croto dice ‘a ver los centradores, tiene uno puesto al revés’. Ese carburador se podía poner para cualquier lado, de un lado fallaba y de otro no, y estaba al revés. Lo pusimos como dijo y no falló más». La anécdota la contó años atrás Oreste Berta, uno de los mejores mecánicos de la historia del automovilismo nacional, y es de las más conocidas en el ambiente por sus particularidades.

Incluso, el propio preparador, en su relato, se preguntó: «¿Quién era el hombre, de dónde salió, cómo sabía tanto? No sé. Y el auto ganó la carrera, algo totalmente increíble. Que habrá sido este tipo, ¿un gran mecánico que tuvo algún problema en su vida y se puso de linyera? No sé. Era alguien que estaba en lo último, porque era un carburador que hacía muy poco que estaba porque sólo lo usábamos nosotros».

La historia data del 25 y 26 de febrero de 1967, jornadas históricas para San Pedro porque por única vez recibió una prueba de Turismo de Carretera (TC), la categoría más importante y tradicional del automovilismo. El evento tuvo el agregado de que fue en el que debutó el Torino con tres autos presentados por Industria Kaiser Argentina (IKA) y el que condujo Gradassi ganó al cabo de las diez vueltas programadas en un circuito mixto montado sobre la Ruta Provincial 191 y caminos rurales.

Meses atrás, se presentó en el comercio de Juan Galeotti, reconocido personaje del mundo tuerca local, un «hombre» que quería hablar con él para obtener «datos» sobre la Vuelta de San Pedro. En la charla, el desconocido le consultó si sabía del famoso «cuento» del linyera y lo invitó a conocerlo, situación que asombró al sampedrino que, lógicamente, tuvo sus dudas sobre la cuestión. El verdadero protagonista de la historia estaba en una camioneta y todos juntos fueron a recorrer el circuito por donde hace 52 años maniobraron los autos. Incluso, conocía el camino y hasta preguntó porque faltaban ciertos elementos de algunos campos.

Siempre en voz del propio hombre que aseveró ser el linyera, su nombre es Carmelo Guercio, tiene 67 años y vive en La Pedrera en Villa Mercedes, San Luis, donde tiene una empresa de transporte y lejos está de su realidad de hace medio siglo. Su visita a la ciudad se dio porque estaría escribiendo un libro sobre su historia en el que incluirá la famosa anécdota de Berta quien también fue contactado para que lo conozca y esté al tanto de su «aparición».

El vagabundo habría arribado a la Vuelta de San Pedro proveniente de Mendoza, de donde es oriundo. En ese momento, con 16, se escapó de su casa por el maltrato de su padre, un inmigrante europeo. Todavía en su tierra natal, Guercio trabajó con carburadores de Renault hasta que un día partió caminando y llegó, sin saberlo, al norte de la Provincia de Buenos Aires mientras se desarrollaba la carrera.

Sobre porqué desapareció y Oreste Berta nunca le pudo agradecer su ayuda, el «croto» explicó que la Policía llegó a la zona donde él estaba y, como no tenía documento, huyó entre la multitud. Después, estuvo alrededor de tres años girando por el país hasta que se instaló en San Luis y conoció a quien hace varias semanas lo acompañó a San Pedro a reconstruir parte de su vida y, también, rememorar una de las anécdotas más conocidas del automovilismo.

Carmelo Guercio, el «linyera» del carburador Weber 45.

El joven, ahora adulto, que le dio indicaciones de cómo reparar el Torino de Héctor Luis Gradassi para que no falle y luego desapareció, anécdota que el reconocido preparador contó años atrás, se apersonó junto a un amigo en el comercio de un sampedrino ligado al automovilismo y juntos recorrieron el circuito que se utilizó. El hombre que actualmente vive en San Luis tiene 67 años y está narrando un libro sobre su vida en donde incluirá dicha historia transcurrida durante la única prueba de Turismo de Carretera (TC) que se realizó en el partido.

FUENTE: La Opinión de San Pedro