¿Qué es de la vida de José Luís Espert?

Actualmente diputado nacional, recuerda con profunda emoción su ciudad natal

“Pergamino era alegre, podías quedarte hasta tarde en cualquier lugar que no te pasaba nada, en la casa no cerrabas con llave las puertas, no había rejas” recordó el economista

José Luis Espert nació en nuestra ciudad en 1961 y paso aquí su infancia y adolescencia hasta que se fue a estudiar a la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA).
Curso sus estudios secundarios y se graduó en el Colegio “San José” de los Hermanos Maristas de esta ciudad.Es economista, político, productor agropecuario y escritor conocido por su fuerte defensa del liberalismo económico.
Desde diciembre del 2021 ejerce el cargo de Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires, habiendo sido electo por la alianza Avanza Libertad junto a Carolina Píparo. Aquí sus vivencias en la ciudad que lo vio nacer. 
¿Qué recuerdos tiene de su niñez en Pergamino? 
Los recuerdos que tengo de Pergamino, donde nací hace casi 62 años, son los mejores. Ahí crecí, me educaron, me divertí, me enamoré, sufrí, realicé un montón de deportes (tenis, futbol, rugby, entre otros). Fueron los años más lindos de mi vida. Son imborrables esos recuerdos, tantos amigos, tanto cariño y amor. Pergamino era alegre, podías quedarte hasta tarde en cualquier lugar que no te pasaba nada, en la casa no cerrabas con llave las puertas, no había rejas. Ahí estuve hasta los 17. A los 18 me fui a hacer la “colimba” en El Palomar. Después estudié en Buenos Aires. A vivir en Pergamino no volví más, pero visito a mis seres queridos muy seguido. Si tuviera que volver a Pergamino por alguna razón
¿Qué cinco lugares visitaría y por qué? 
Lugares icónicos son la Clínica Pergamino donde nací, donde arrancó mi vida. Me acuerdo que la tradición en esa época era que a las mamás les hacían un dibujo con una cigüeña y un bebito adentro de un babero grande, y venía el nombre de “José Luis Espert. ”.Visitaría la primera casa donde vivimos, cerquita de la vía. Me acuerdo todavía como sonaba el tren cuando papá se iba a vender lavarropas, para que pudiéramos pagar las cuentas, y nos quedábamos solos con mamá. A mamá siempre la amé y la adoré muchísimo. Otro lugar, Pueyrredón 879, donde a partir de los 7 viví 10 años, hasta que me fui a Buenos Aires. Ahí actualmente vive mi mamá, y donde papá paso sus últimos años de vida; es el lugar de encuentro de todos. También iría a la Iglesia Merced, donde tome la comunión y me casé. Otro lugar al que iría es el Colegio Maristas (estuve ahí desde el Jardín de Infantes hasta 5to año secundario). En Maristas aprendí buenos modales, valores, límites, el amor por la familia. Y tantos amigos que me quedaron de aquella época. Pingüinos también, el club de rugby donde hice tantos amigos y me divertí mucho. 
¿Cómo fueron sus últimos años en la ciudad que lo vio nacer antes de partir para sus estudios universitarios: los amigos, la escuela, las salidas? 
Mis últimos años en Pergamino fueron los más lindos. Era estar en el Colegio durante la mañana, a la tarde jugar al tenis y al rugby compitiendo, futbol a veces. Y farra cada fin de semana con mis amigos. Hermoso, los mejores recuerdos. Mucha diversión y estudio. 
¿Cómo se define con los afectos, la familia, los amigos? 
A mí me define en la vida es el amor por la familia, los amigos. El afecto, ser incondicional con la gente que amo, daría mi vida por las personas que quiero. Para casarse en segundas nupcias con su actual esposa, María Mercedes González, eligió el 14 de febrero, Día de San Valentín; una fecha notable.  Nos casamos después de seis años de convivencia. Por primera vez vino toda mi familia de Pergamino para el casamiento. Fue una fiesta muy familiar. Fue la primera vez que se conocieron todos. Terminamos la fiesta con el vals, al revés. El día empezó con lluvia, así que como dicen que es de buen augurio, estábamos condenados a tener un excelente matrimonio. Terminó saliendo el sol, fue divino. 
¿Por qué elige a María Mercedes para compartir su vida? 
Por su calidez, profundidad de sentimientos, de inteligencia y una belleza inigualable. Era una combinación letal, morí de amor a la primera noche. Es brillante. Siempre le digo que la inteligente de los dos es ella y que yo soy el que estudió mucho. El sentido del humor nos unió mucho. “Mechi” para mí ha sido fundamental en mi carrera política. Yo hasta Mechi era un consultor de empresas, asesor económico concentrado en lo técnico, con mucha claridad de las causas de la decadencia argentina. En 2016, fuimos al cumpleaños de un amigo y me aborda el editor de la editorial Galerna, Gonzalo Garcés, y me propone escribir un libro. Hasta ese momento, sólo había escrito algo en Power Point. Escribir un libro, que era pasar a una escala de 200 ó 300 páginas, era una actividad imposible de realizar. La que me convenció fue “Mechi”. Me dijo que un tipo como yo tenía que dejar un legado. Para mí un pedido de “Mechi” es una orden divina, es mi debilidad. Los primeros días tenía la crisis de la página en blanco y estaba enojadísimo con ella. No sabía cómo era escribir largo. Fueron dos semanas así hasta que me planteé que había superado muchos obstáculos en mi vida y este no podía ser la excepción. El libro fue bestseller en 2017 y, según Juan Carlos De Pablo, es uno de los libros más vendidos de la historia para un economista sobre Argentina. Y “adoptó” como propios a los dos hijos adolescentes de su flamante esposa, Manuel y Lorenzo ¿Cómo lo viven? Vivimos una armonía y sincronía constantes. “Mechi” ha sido clave en mi vida y lo mismo siento que he sido en su vida. Los chicos tienen un padre en los hechos, con el mayor respeto al papá biológico con quien tenemos una excelente relación, me siento su padre, los adoro, los amo y los cuido. Volví a ser padre a los 50 años.

FUENTE: El Tiempo Pergamino