La ola de calor y las escasas lluvias de diciembre y enero siguen afectando gravemente al campo.

Los cutivos e soja y maíz enfrentan rendimientos muy bajos y los campos ganaderos no tienen pasto lo que complica las reservas para el invierno.
En ete contexto las pérdidas son evidentes y el futuro de la producción agropecuaria se vuelve incierto.

Algunas imágenes ilustrativas.

