Alfonsín reseñó las distintas estrategias que fueron desarrollando: «Desde 2001 hasta el 2013, la UCR enfrentó las elecciones con estrategias que podríamos llamar de sobrevivencia: procurábamos no perder espacios en las instancias institucionales de poder, legislativos o ejecutivos».
«A diferencia de las elecciones anteriores, en las del 2013, pusimos en marcha una estrategia de poder. En ellas, el Frente Amplio-UNEN salió segundo a nivel nacional, y, hasta hace no mucho, era una de las fuerzas con más chances de estar en la segunda vuelta», dijo.
Asimismo, ya en tono crítico, indicó que «sin embargo, y contra lo que cabía suponer, desde el interior mismo del Frente Amplio, se dedicaron a malograrlo. Y lo consiguieron, y con ello llevaron al radicalismo otra vez a una situación de debilidad electoral. Otra vez lo central pasó a ser evitar perder representación legislativa o ejecutiva. Este espíritu de sobrevivencia lamentablemente será el que reinará en la Convención Nacional».
Por último, manifestó que «desde luego, acataré lo que decida mi partido, pero nadie conseguirá convencerme de que a esta situación llegamos de casualidad, ni que es mejor ser furgón de cola del PRO, que locomotora del Frente Amplio o que es mejor ganar con el Pro que con el Frente Ampl