Realismo trágico: Scioli, el motonauta del Arca de Noé.

Por Diego Sehinkman |  Para LA NACIONSEGUIR

 

Si en vez de ser una lancha offshore, la Gran Argentina hubiera sido un arca -el arca de Noé offshore- quizás Scioli le hubiera dado más prioridad en su vida a los diluvios. Pero no. El arca común no tiene motor. O sea, no tiene gracia. Motonauta sí. Botenauta no. Apenas descendido del Alitalia, Daniel abrió el paraguas: «Nuestro enemigo es el cambio climático». Qué pena que no fue más sincero. Podría haber dicho: «Yo no subejecuté obras hídricas. Dios sobreejecutó lluvias».

En rigor, el candidato presidencial no es el único responsable. Acá van los 4 pasos para fabricar una inundación: 1) Pídale a San Pedro que haga llover más. 2) Pídale al ser humano que construya barrios privados cerca del río y ocupe los humedales, superficies que funcionan amortiguando el agua. 3) Pídale a los municipios y a los intendentes que habiliten esos barrios nuevos sin medir las consecuencias. 4) Exíjale a los gobiernos provincial y nacional que sigan gastando más en publicidad que en obras hídricas.

Aquel lector que no haya donado colchones ni ropa no debería sentirse mal con su conciencia porque, aunque no lo sepa, ya está colaborando. Cada vez que cargamos nafta, de cada litro que pagamos un porcentaje va al Fondo Hídrico de Infraestructura. O sea: el playero es Julio De Vido (el que nos viene cargando).

El gobernador está por cambiar de status. ¿Quién era hasta ahora Daniel? El que superó una tragedia personal y el que soportó el bullying político de los Kirchner. «¡Diga, gobernador, quién le ata las manos!». Aquel día de septiembre de 2010, frente a Néstor que lo increpaba en la cancha de Boca, Scioli bajó la mirada y calló. Esa posición personal, la del débil-fuerte, puede generar identificación y empatía. ¿Quién no fue humillado por un jefe? Pero esos viejos buenos tiempos podrían estar llegando a su fin. Al ser candidato a presidente, Scioli experimenta algo inédito en su vida: por primera vez no tiene jefes. Aunque técnicamente aún reporte a Cristina, ya no gozará del beneficio de ser visto como víctima de la arbitrariedad de un gobierno nacional.

Mientras recorría las zonas anegadas junto a Aníbal Fernández, Wado de Pedro dejó caer una frase que muestra cómo la guerra santa contra los medios no escurrirá tan rápido. De Pedro, que encabeza la lista de diputados del FPV y será clave en el Congreso que viene, dijo a los vecinos: «Pueden mirar nuestra página web. Allí se puede ver cómo va a ser la coordinación de la ayuda, para cuando se vaya el agua y la televisión» (las dos plagas).

Es una pena. Si este Gobierno se hubiera obsesionado por los canales de drenaje como se obsesionó por los canales de televisión, hoy miles de colchones estarían secos..