1º de septiembre. Día del Periodista Bonaerense

 

Feliz  Día  del  Periodista  Bonaerense

 

                                 1  de   setiembre

en homenaje al primer criollo que fundó un Semanario:

                        Juan     Hipólito  Vieytes.

 

                  Junta de Estudios Históricos de San Antonio de Areco.

                 Celia Coppa                                               Eduardo Clancy

                   Secretaria                                                       Presidente.

 

Juan Hipólito Vieytes, el primer periodista criollo

Reflejó las tareas rurales en el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio

Por Roberto Elissalde  | Para LA NACION

 

El 12 de agosto de 1762, hace dos siglos y medio, en el pago de San Antonio de Areco, hoy capital espiritual de la tradición gauchesca inmortalizado por Ricardo Güiraldes con su Don Segundo Sombra, nació Juan Hipólito Vieytes.

Adquirió una sólida formación como autodidacta, abrevando en el Alto Perú en la librería de Pedro de Altolaguirre, que como su hermano don Martín, fue uno de los precursores de la agronomía, materia de la que no faltaban volúmenes, como sobre diversos temas.

Fue funcionario, empresario, minero, militar, fundó el periódico Semanario de Agricultura, Industria y Comercio; además fue colaborador de Manuel Belgrano, su amigo entrañable, a quien suplió como secretario del Consulado cuando los británicos invadieron Buenos Aires, y con el que colaboró en el Correo de Comercio.

Influenciado también por las teorías de Quesnay, a través del Semanario, que apareció el 1º de septiembre de 1802, se ocupó largamente de temas relacionados con la riqueza agrícola y ganadera, que exceden largamente el espacio de esta columna para detallarlos con alguna puntualidad. Como para elegir algunos en el primer número, haciendo honor al título, afirma que «la agricultura bien ejercitada es capaz por sí sola de aumentar la opulencia de los pueblos hasta un grado imposible de calcularse, porque la riqueza de un país se halla necesariamente vinculada a la abundancia de los frutos más proporcionados a su situación.

Él, que había sido minero del Alto Perú y conocía los yacimientos de plata del Cerro de Potosí, que tanto habían deslumbrado a los hombres desde el tiempo de la conquista, afirmaba que los mismos «nunca serán comparables con el inagotable tesoro que pueden producir nuestros dilatados campos. En ellos podemos sembrar por millaradas las fanegas de trigo y maíz. el ganado mayor y menor de toda especie se propaga prodigiosamente y a las interminables llanuras en que pacen solo les faltan nuestra presencia y nuestro auxilio».

Debemos agregar también sus lecciones de agricultura para el uso de los jóvenes, a modo de preguntas y respuestas, con indicaciones sobre el conocimiento y preparación de las tierras, diferentes especies de granos, cosecha, conservación, variedad de hierbas con sus distintas propiedades, donde no faltan desde los producidos en nuestras pampas hasta la caña de azúcar, cuyo cultivo sería de especial importancia en Jujuy por lo apto de sus tierras.

Sin haber leído los textos de Vieytes, muchos hombres de campo de boca en boca han aplicado aquellas enseñanzas del primer periodista criollo, que comparte junto a Belgrano el patronazgo en el adelantamiento de la agricultura y la ganadería en nuestro país..