La ruptura del bloque del PJ también dividió a los gobernadores

La escisión de los diputados fue apoyada por cinco mandatarios que cuestionan la conducción kirchnerista; otros prefirieron postergar una definición

LA NACION

 

La ruptura del bloque de diputados del Frente para la Victoria también generó una división entre los gobernadores peronistas. Las diferencias en el modo de ejecutar la fractura de la bancada y el sentido de la oportunidad fueron las razones que dividieron a los mandatarios. Ellos habían sido jugadores activos en el quiebre de los legisladores díscolos, como parte de una cruzada para esmerilar al kirchnerismo y ganar influencia en el mapa del poder.

La idea de construir una base legislativa propia se viene conversando puertas adentro desde hace dos meses y tomó cuerpo en la cumbre de mandatarios en San Juan, a fines de enero, cuando acordaron actuar como una «liga» en el reclamo por la coparticipación.

¿Qué pasó en el medio? Algunos caciques, aunque compartían el diagnóstico y la generación de una bancada aparte, pensaban que la fisura debía ocurrir más adelante, atada al desarrollo de las sesiones ordinarias, el desempeño del Gobierno y la evolución de la interna del partido, que anteayer reunió al Consejo Nacional. Pero hubo cinco mandatarios que pensaban que había que actuar ahora y avalaron la movida de los diputados.

El sanjuanino José Luis Gioja fue quien más fatigó los teléfonos para frenar una deserción que había alentado. No quería encender la mecha el día en que la cúpula del PJ se reunía para empezar el camino hacia una lista de consenso, destinada a coronar al nuevo jefe. Tenía una buena razón: él mismo suena como prenda de unidad para ocupar ese sillón.

El objetivo se cumplió a medias. No todos los gobernadores aportaron soldados legislativos, pero los que participaron alcanzaron la expectativa mínima de superar la barrera de los diez diputados como punto de arranque y, eso sí, plasmar el hecho político de la ruptura.

Los gobernadores que suscribieron la conformación del bloque Justicialista fueron Juan Manuel Urtubey (Salta), Domingo Peppo (Chaco), Sergio Casas (La Rioja) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego). Esta última no aportó legisladores, ya que no le reportan directamente y el pase de una fueguina quedó en stand by. El otro peronista que sumó los suyos es Carlos Verna (La Pampa), que ya había roto el vínculo con el kirchnerismo.

Estuvo a punto de fichar un diputado de Entre Ríos -que luego acató el consejo de Gustavo Bordet y su antecesor, Sergio Urribarri, de aguardar-, se demora la incorporación de un tucumano -Juan Manzur también quedó expectante- y la tropa de sanjuaninos está condicionada a los movimientos de Gioja, en el PJ, y el gobernador Sergio Uñac, activo en la ronda de mandatarios. Las otras provincias que colocaron integrantes fueron Buenos Aires, Corrientes, Mendoza y Jujuy, que están administradas por Cambiemos.

«La idea es hacer crecer el nuevo bloque, pero de a poco. Hay que ver cómo se van moviendo», resumieron a LA NACION desde una gobernación que planea arrimar miembros. En el PJ nunca nada es lo que parece y nadie descartaba hasta donde estuvo pautado que sólo fueran al frente algunos gobernadores con una primera fisura que luego seguiría drenando. Los más veteranos, se sabe, juegan con la lisa y la rayada a la vez.

Más allá de los matices, sí se comprometieron en tratar de aunar esfuerzos en ejes en común, sobre todo en el vínculo con el Gobierno. Anteayer, por caso, los fiscales de Estado de las provincias trabajaron en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) en una estrategia para actuar ante la Corte por la restitución del 15% de fondos coparticipables.

El quiebre le cayó como anillo al dedo a Miguel Pichetto. Un punto clave del acuerdo interno de los diputados rebeldes es actuar en tándem con el jefe de bloque de senadores, que comanda un grupo de 42, de los cuales unos 30 le responden. El resto, que tributa a La Cámpora y al kirchnerismo duro, quiso bajarlo sin éxito de la conducción. ¿Se rompe la bancada también? No lo promoverá el PJ, en clara mayoría. En todo caso, será una decisión de los disconformes.

«Arde todo», se sinceró un cacique con millas en el PJ cuando las negociaciones seguían abiertas. El peronismo vivió las últimas 48 horas al rojo vivo, con llamadas cruzadas, cumbres itinerantes y mensajes cifrados. La cita más silenciosa -y significativa- se dio el martes, en el bar de un hotel porteño, y tuvo como invitado especial a Florencio Randazzo, autoexcluido hasta ahora de las juntadas partidarias.

De la charla sobre el futuro del peronismo participaron el actual presidente del partido, Eduardo Fellner, y otros históricos, como el formoseño Gildo Insfrán y Gioja. «¿Qué te parece lo del bloque?», le preguntaron. «Habría que preservar la unidad», soltó el ex ministro del Interior y candidato presidencial que no fue. Aún en la sombra, Randazzo amaga con volver al ruedo más adelante. «Teléfono para Salta», ironizó un dirigente, en referencia a una potencial rivalidad rumbo a 2019. Pero la primera escala es antes, en las legislativas del año que viene, y la obsesión del PJ es Buenos Aires.

En medio de la ebullición, el rol del sindicalismo fue determinante detrás de bambalinas. Cuando el taxista Omar Viviani recibió la llamada de Daniel Scioli para desactivar la movida se terminó de convencer de que quería ir a fondo. Ofreció la sede del sindicato para hacer la reunión final, en la que una veintena de diputados iba a definirse por sí o por no. Los esperó en una sala del cuarto piso, a cada uno con una taza de café con leche, un agua mineral y tres facturas.

La deliberación fue para el ataque de nervios. Diego Bossio, centro de las críticas K, aspiraba a convencer al resto: «Vamos a seguir defendiendo lo de siempre. Esto no es contra nadie, no siento que seamos traidores». La duda que flotaba era si la maniobra sería funcional a Mauricio Macri. Lo expuso la diputada rionegrina Emilia Soria, que optó por quedarse por ahora en el bloque del FPV.

Del mundo gremial, hubo respaldos concretos: los mecánicos (Ricardo Pignanelli, titular del sindicato, estuvo en ese encuentro), Luz y Fuerza, tabacaleros, petroleros y ferroviarios. No es un dato menor que el jefe del flamante bloque sea Oscar Romero, de Smata y bonaerense.

El juego de los gobernadores

Buscan ejes de acción conjunta aunque a veces las diferencias quedan expuestas

Del editor: cómo sigue. La fisura del bloque de diputados probablemente sea seguida por otras escisiones en el peronismo. Gobernadores e intendentes juegan la misma partida.