Cristina, el salvavidas de Macri

Los primeros meses del gobierno del presidente Macri fueron muy difíciles, el inicio de ciclo político fue complicado, debiendo desactivar trampas de gestión y macroeconómicas que le dejó el kirchnerismo.
*Por Mario Baudry

Los ajustes fueron excesivos y, como dicen en los barrios, sin anestesia; el golpe al bolsillo de las clases trabajadoras ha sido devastador. Las encuestas marcan que la percepción social señala que, en apariencia, las únicas medidas macroeconómicas que se han tomado sólo beneficiarían a los que más tienen.

La imagen que tiene la sociedad que más sufre el ajuste es “que Macri gobierna para los ricos”. Su equipo de gobierno no es el mejor, pero es el que él eligió; aunque el pasado empresarial y de negocios poco claros pone en jaque la continuidad de varios de ellos en el Gobierno.

Las medidas impopulares, y los funcionarios inapropiados, ocasionaron un caída brusca de la imagen presidencial, aunque algunos sólo lo atribuyen a la mala comunicación del Gobierno y no a sus actos de gestión.

Esto disparó las alertas en las usinas de pensamiento del macrismo, donde el pánico era la sensación común, por el creciente descontento popular. Sumado a la debacle en la imagen presidencial, asomaba el riesgo de que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner quedara detenida, por el juez Bonadío, lo que podría generar una nueva complicación para el Gobierno, por el descontento popular que la medida generaría.

El día de la movilización del kirchnerismo duro a Comodoro Py fue un día de muchos nervios en el Gobierno, y a medida que la gente se agolpaba enfrente de los tribunales federales, los nervios se acrecentaban. La sensación de desazón iba ganando los despachos.

Terminado el acto que le regaló el Gobierno a la ex presidenta, muchos vieron el reflejo de la Alianza en el espejo de la historia. Pero lo que fue un error inicial, con el paso de las horas se convirtió en un salvavidas de la gestión.

Los medios de comunicación dejaron de reflejar los ajustes económicos del Gobierno, que tanto preocupaban a la sociedad, reemplazándolos por la imagen de Cristina y La Cámpora, pegándole a una periodista en la movilización. Y, como paradoja del destino, el clima social volvió a cambiar.

La gente tiene fresco el recuerdo del gobierno de la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y volvió a optar; una vez más eligió el cambio.

Las encuestas fueron contundentes: después del acto de Cristina, la imagen del presidente Macri dejó de caer, y se estancó. Los distintos actos de la ex presidenta en los días sucesivos tuvieron un efecto rebote y levantaron la imagen de Mauricio Macri.

Como reflejan todos los politólogos, nunca pudo haber sido más oportuno el regreso de Cristina a la escena política; su reaparición salvó la gestión del presidente Macri.

La gente, según los sondeos de opinión, continúa diciéndole “no” a la figura de la ex mandataria, incluso dentro de un amplio sector del peronismo: pero mucho más rechazo causa la agrupación La Cámpora.

Esta imagen se vio reforzada por la reaparición de José Ottavis, cuando expresó que Máximo Kirchner “es mejor que Néstor y Cristina”.

La imagen del hijo del ex matrimonio presidencial no es la mejor, y esto favorece al Gobierno, que hace todo lo posible por difundir los dichos del novio de Vicky Xipolitakis.

Un regalo divino para los oídos macristas. La reaparición de Cristina también trae otro beneficio indirecto a la gestión macrista, como lo es la imposibilidad de una renovación de cuadros dirigenciales en el peronismo sin una interna salvaje, que sólo sería redituable para el Gobierno.

El destino quiso que las inadecuadas políticas del Gobierno, que tanto daño le están haciendo a la clase trabajadora, sean dejadas de lado por la sociedad, para rechazar la figura de la ex mandataria; una paradoja del destino, que sólo eclipsa la realidad social, pero no la soluciona.

*Director de revista La Tecla