Nuevamente la violencia. Un mal endémico de la Argentina. Por Eduardo Clancy

Parte 2ª de 3. La próxima y última este martes 5.

A los 92 años, mi primo Edmundo Clancy falleció en el Hogar San José de San Antonio de Areco en el año 2015. Su inteligencia y creatividad le permitió emprender con éxito diversas actividades y ocupar puestos en General Electric y el Frigorífico Swift .

Hacia fines de los años sesenta, creó la primera empresa de Personal Temporario de nuestro país.  Muchas chicas de Areco, sobre todo las ex alumnas del Colegio Santa María fueron ubicadas por Edmundo en las más prestigiosas empresas y bancos del país además de muchas reparticiones oficiales.

Su rentable negocio tuvo un final forzoso a fin de los años setenta cuando la Comisión Nacional de Energía Atómica, con el Almirante Carlos Castro Madero a la cabeza, le retaceó los salarios para casi 300 empleados temporarios, que Edmundo tuvo que solventar de su bolsillo.

El 2 de julio de 1976 Edmundo y su mujer acababan de tener una entrevista en el Departamento de Policía por cuestiones relacionadas con personal temporario y fueron invitados a tomar y comer algo en el comedor de la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal, ubicada en Moreno 1417.

A las 13,10 se retiraron y diez minutos más tarde estalló en el lugar una bomba de tipo“ vietnamita” con 9 kilogramos de trotyl y bolillas de acero, colocada en una mochila por un militante Montonero infiltrado en la policía.

Los comensales volaron por los aires, el techo se desplomó y murieron 24 de los presentes. Otros 66 sufrieron gravísimas heridas, y a consecuencia de ellas algunos fallecieron a los pocos días . Entre las víctimas hubo muy pocos oficiales de rango y la gran mayoría fueron oficiales subalternos y empleados administrativos, entre ellos varias mujeres.

Una de ellas tomaba café con su amiga, una empleada de YPF que también falleció. Mi primo y su mujer estaban en la Avenida Belgrano esperando un taxi cuando oyeron la explosión. Se habían salvado por milagro.

Fue el atentado más grave sucedido en nuestro país hasta las voladuras de la Embajada de Israel  en 1992 y de la AMIA en 1994, planificadas  por el estado terrorista Iraní y aún inpunes.

El Parte de Guerra de Montoneros que se adjudicó el atentado terminaba con “Hasta la Victoria Siempre”, la frase  con que el “Che” Guevara se despidió de Cuba en 1965 para comandar el ejército cubano enviado al Congo para imponer un gobierno y una ideología por las armas.

Los jefes de Inteligencia que planearon la operación  fueron el escritor y periodista Rodolfo Walsh (muerto en 1977 en una emboscada en Entre Ríos y San Juan)  y Horacio Verbitsky (que hoy dirige el CELS y el periódico Página12).

Walsh llevaba en su alma el gérmen de la violencia, ya que paradójicamente había pertenecido a la infame Alianza Libertadora Nacionalista durante los primeros años del gobierno del Gral. Perón. Verbitsky nos hace recordar aquel cínico slogan del gobierno militar : “ Somos Derechos y Humanos”, ya que hoy se ha transformado en defensor de los Derechos Humanos ante los foros internacionales.

El periodista Gabriel Levinas ha investigado y documentado su relación con la Fuerza Aérea durante el Proceso y su papel como redactor de los discursos del Brigadier Graffigna. Recordemos  que su relación con la Fuerza Aérea deviene de la amistad de su padre,  el escritor Bernardo Verbitzky,  con el Comodoro Juan José Güiraldes.

Tanto Horacio Verbitzky  como los hábiles expertos en comunicación al servicio del Proceso habrán leído con fruición un librito que publicó EUDEBA en los años sesenta, titulado “ La Propaganda Política”. Allí se describían los métodos de Goebbels, el Ministro de Propaganda Nazi, aquel que dijo que  “la mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

El atentado fue precedido por la muerte del Jefe de Policía Gral. Cesáreo Cardozo junto a su esposa el 18 de junio de 1976. La militante montonera Ana María Gonzales, que simuló ser amiga de su hija y frecuentaba su casa, colocó una carga de trotyl bajo la cama matrimonial.

La dictadura militar reaccionó con una orgía de venganza. Una serie de crímenes perpetrados por miembros de las fuerzas armadas se fueron sucediendo en las semanas siguientes. Tal vez el más terrible haya sido  el cometido en Fátima, Partido de Pilar, en agosto de 1976, en el que veinte hombres y diez mujeres secuestrados fueron muertos a tiros y sus cadáveres dinamitados.

El 4 de julio de 1976 cenábamos con mi familia en mi casa de Belgrano, a cuatro cuadras de la Iglesia San Patricio. Teníamos como invitados a Mort Rosenblum, representante de la agencia de noticias A.P. ( Associated Press ) y a su esposa. Temprano a la mañana siguiente nos paralizó su llamada para anunciarnos la masacre ocurrida.

No puedo olvidar sus palabras :  “.. sabemos quienes fueron los culpables pero si lo decimos  aparecemos flotando en el Riachuelo”.

El 28 de octubre de 1976 y ya vuelto a Estados Unidos publicó el libro “ Terror in Argentina” ( N. York Review of Books), con sus experiencias en esos días aciagos.

Las víctimas fueron los sacerdotes palotinos Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Duffau y a los seminaristas  Salvador Barbeito y Emilio Barletti. “Alfie” Kelly fue el primer párroco de la Iglesia San Patricio de San Antonio de Areco cuando fue elevada de Capilla a Parroquia en 1967.

Alfredo Leaden y su hermano Monseñor Guillermo Leaden fueron alumnos del Colegio Clonmacnoise , que funcionó contiguo a San Patricio hasta 1946.

Emilio Barletti fue un estudiante brillante y lleno de inquietudes y amigos. Ninguno de los cinco tenía relación alguna con la actividad subversiva y sólo los movía la acción solidaria y el amor por los humildes.

Los asesinos formaban parte de un Grupo de Tareas de la Marina comandado por el Teniente de Navío Antonio Pernía, con la colaboración de personal policial de la Comisaría 37. Escribieron en una puerta : “Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal. Venceremos. Viva la Patria”.

Arq. Eduardo Clancy

DNI, 4.363.495

Investigador de la Historia

San Antonio de Areco