La presencia de Boudou en el Senado desató una sesión caótica

Contra las previsiones, el vicepresidente bajó al recinto y desató la ira de los opositores, que lo criticaron con dureza y reclamaron que deje el cargo; después se retiraron sin escuchar el informe de Capitanich

Por Gustavo Ybarra  | LA NACION

Con la luz verde de la Casa Rosada, Amado Boudou reapareció ayer sorpresivamente como presidente del Senado y provocó la reacción en cadena de todos los bloques de la oposición, que abandonaron el recinto de la Cámara alta en repudio a la negativa del vicepresidente amantenerse al margen del manejo de la Cámara alta hasta tanto no se resuelva su situación procesal en la causa Ciccone.

La jugada de la oposición implicó también un desplante para el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que fue testigo privilegiado en el recinto del embate en duros términos de las principales bancadas de la oposición a la figura de Boudou. Al final, el funcionario pudo dar su informe sobre la marcha del Gobierno. Lo hizo ante un recinto semivacío, compuesto por 34 oficialistas y un puñado de senadores aliados y con Boudou sentado en la presidencia durante toda la sesión.

Como quedó demostrado en las dos horas de cruce de críticas y acusaciones que continuó a su ingreso al recinto, la decisión de Cristina Kirchner de permitirle a Boudou presidir la sesión abrió una brecha entre oficialismo y oposición que promete alterar el funcionamiento del Senado.

«Ha perdido la confianza del pueblo, y mientras pasa esto usted se va de joda con la Mancha de Rolando», le enrostró el jefe del bloque radical, Gerardo Morales (Jujuy), al vicepresidente, al que acusó de «entorpecer el normal funcionamiento del Senado» por negarse a aceptar el reclamo de la oposición para que se aparte del cargo mientras se sustancia la causa Ciccone.

La intervención de Morales fue la primera de un extenso duelo de cuestiones de privilegio, recurso al que debieron apelar oficialistas y opositores para poder intervenir. Es que la reunión había sido habilitada para escuchar el informe del jefe de Gabinete, por lo que no estaba permitido el tradicional debate de las sesiones ordinarias.

A la intervención de Morales le siguieron Rubén Giustiniani (Socialista-Santa Fe), Luis Juez (Frente Cívico-Córdoba), el peronista disidente Adolfo Rodríguez Saá (San Luis) y Gabriela Michetti (Pro-Capital).

«El costo político lo estamos pagando todos, las instituciones, la democracia. Usted incomoda el normal funcionamiento del cuerpo», se sumó Giustiniani, quien volvió a pedirle a Boudou «un gesto, un paso al costado hasta tanto el juez del caso determine su culpabilidad o su inocencia».

En la misma línea, se expresó el cordobés Juez, quien dijo que la situación procesal del vicepresidente «genera una situación de extrema incomodidad» en un cuerpo como el Senado, que, destacó, «ha sido un ámbito de consenso de diálogo y hay un pacto de caballeros para sesionar».

El puntano Rodríguez Saá le pidió al vicepresidente «un gesto de sensatez» para que se someta al juicio político, medida que el kirchnerismo rechazó sin debate en comisiones de la Cámara de Diputados. «Con insensatez cerraron la puerta y nos impiden oxigenar las instituciones», agregó el peronista disidente.

Por último, Michetti le dijo a Boudou que había perdido el apoyo de los ciudadanos, y también le pidió que diera un paso al costado para favorecer el normal funcionamiento de la Cámara alta. «Hay muchos ciudadanos que no creen en usted y no podemos estar ajenos a lo que piensa la ciudadanía», aseguró la senadora macrista, quien apeló a la «ética de la responsabilidad» para afirmar que, más allá de que no haya una sentencia judicial firme que lo condene, el Senado «no puede hacer como si no pasara nada» ante el procesamiento de su máxima autoridad.

La embestida opositora fue seguida por un inmutable Boudou, quien por cuestiones de reglamento no podía responder (ver aparte). Después, una docena de senadores oficialistas pidieron la palabra para intervenir en defensa de Boudou. Lo hicieron con la mitad del recinto vacío por el retiro de la oposición.

«Esto nunca fue una cuestión reducida a su persona. Si usted cometió un crimen fue el crimen de pertenecer a este gobierno», afirmó Marcelo Fuentes (Neuquén), que relacionó los ataques con la decisión del kirchnerismo de impulsar medidas que afectaron la renta del campo, terminaron con el sistema de jubilación privada y la ley de medios. En la misma línea se manifestó Walter Barrionuevo (Jujuy), quien dijo que a Boudou «le están haciendo pagar la estatización de las AFJP».

El formoseño José Mayans, en tanto, adjudicó la actitud de la oposición a la campaña presidencial para 2015. «La verdadera intención de todo esto es destruir a este gobierno para que vengan los que ya destruyeron al país», afirmó.

En el final, el jefe de la bancada kirchnerista, Miguel Pichetto (Río Negro), rechazó la posibilidad de suspender al vicepresidente en sus funciones mediante un proyecto de resolución y criticó a la oposición por haberse retirado sin escuchar al jefe de Gabinete «en momentos en que la Presidenta está librando una batalla importante por la soberanía del país contra los fondos buitre». Tras la sesión, Boudou emprendió viaje a Colombia para participar de la jura del presidente Juan Manuel Santos.

LAS ACUSACIONES DIRECTAS DE LA OPOSICIÓN

Referentes de distintos espacios coincidieron en que Boudou perjudica el funcionamiento del Senado

Gerardo Morales

Jefe bloque UCR (Jujuy)

«Mientras está procesado, lo que afecta al Senado y a la República, usted anda de joda con la Mancha de Rolando. Por eso no puede presidir el Senado»

Rubén Giustiniani

Frente Amplio (Santa Fe)

«Usted incomoda el normal funcionamiento del Senado y el costo político lo pagamos todos, las instituciones, la democracia»

Adolfo Rodríguez Saá

PJ- San Luis

Interbloque federal

«Le pedimos que se someta al juicio político, no es para juzgar si cometió un delito, es para juzgar las consecuencias políticas de su conducta»

Gabriela Michetti

PRO (capital)

«Muchos ciudadanos no creen en usted y no podemos hacer como que acá no pasa nada. Debería dar un paso al costado».

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