«Crotos y Linyeras» una maravillosa conferencia en Museo «Las Lilas»

Otra de las jornadas culturales de excelencia, con un alto contenido docente y una intensa vivacidad en el desarrollo del tema “Linyeras y crotos”, se vivió durante viernes y sábado de la semana pasada en el Museo “Las Lilas” de Areco, con la disrtación de y el posterior debate.

La misma se concretó en la tarde de este viernes con la película fue presentada por Segundo Deferrari y disfrutada por un público que este viernes llenó el salón de Las Lilas y que  continuó en su 2ª Parte el sábado a las 19 con una conferencia para escuchar al periodista e historiador Hugo Nario que disertó sobre el misterioso mundo de los “crotos”, un tema social y hasta filosófico- amar la libertad por sobre todas las cosas-, que fue parte de el país que nos toca vivir.

 

Durante algo más de una hora el disertante explicó desde el origen y significado del término “linyera”, quizás proveniente del francés “lingerie” referido a ropa.

También incursionó en la fecha del comienzo de la legión de linyeras mencionando 1914, la llegada de mano de obra del interior del país hacia la pampa húmeda ante la proliferación de la siembra y cosecha de maíz, lógicamente manual por ese entonces, la posterior denominación paralela de “crotos” por un supuesto acuerdo hacia 1920 entre el gobernador José Camilo Crotto y la empresa de ferrocarriles para el traslado gratuito de aquellos en trenes de carga,  aunque no hay constancia de que haya sido una ley, decreto o resolución de gobierno.

El expositor marcó la diferencia de este trabajador rural circunstancial y obligado por las necesidades con los personajes del Martín Fierro o Don Segundo Sombra y de ese trabajo “golondrina” cuya paga debía alcanzar para pasar el invierno a quienes regresaban a sus lugares de origen, más allá de aquellos que decidieron tomar una vida de más libertad, quizás basados en teorías anarquistas en boga, “largándose” a transitar por las vías.

También habló de esos códigos y leyes no escritas pero respetadas por la comunidad de linyeras, de la ranchada, el fuego que pasó a ser sagrado en cada una de ellas, la comida por momentos basada en la ingesta de zapallos silvestres, macachines o trigo rescatado de lo que quedaba en algún sucio galpón tras ser limpiado de la tierra y otras contaminantes antes de ser hervido, de los guisos complementados con alguna cebolla y un poco de pimentón, o de la dieta enriquecida con perdices hábilmente cazadas a través de alguna trampa, o de algún cuis hasta llegar al lujo al paso por un matadero cuyo titular le proveía de algunos huesos con carne o las gratuitas achuras.

Por supuesto que no faltó en la charla la mención al equipo del “croto” consistente en el conocido “mono”- atado prolijo de la poca ropa del linyera-, la bagallera, (proveniente de vocablo italiano) en la que llevaba sus alimentos, las latas, la maleta- necesaria para juntar maíz, junto a la aguja chalera, asegurando que no se usaba el palo al hombro para transportar algunos de esos elementos del equipo.

Así desgranó parte de la terminología usada por los “linye” como el pique o trabajo por algún día, el barato por algunas horas o la changa por varios días, de las changas solidarias para ayudar a  algún compañero de ruta, de las infaltables- por aquellos tiempos-, “croteras” cobertizo existente en los grandes campo o estancias para darles resguardo por no mas de uno o dos días y en las que eran provisto de carne, yerba y azúcar.

También mencionó la manera de aguantar las noches del frío invierno calentando la tierra donde pasarían con una gran fogata alimentada con ramas o pajas, que dejaba caliente la tierra, la protección de algunas ramitas secas debajo de su improvisada cama para que no se humedecieran con el rocío nocturno y sirvieran para el primer fuego de la mañana.

En un momento de la exposición mencionó las relaciones entre linyeras desconocidos poniendo el “mono” al medio como medida de resguardo ante un posible ataque de su interlocutor, las preguntas hasta cierto límite- marcado por el “usted es tira?”, refiriéndose a la policía-, y hasta la calidad de “croto” respetado por el solo hecho de tirarse del tren cuando aún estaba en marcha.

Todo lo mencionado surge del libro “Beppo”, el personaje central del relato, eximio picapedrero que , según versión fidedigna eligió este tipo de vida tras un desengaño amoroso provocado por una hermosa joven de quince años , proveniente de otro estrato social y económico y por lo tanto inalcanzable para el pobre devenido después en linyera.

Todo eso y mucho más mantuvo atento al auditorio que colmó el recinto y continuó con un buen rato de preguntas y respuestas que dieron más relieve a otra de las conferencias culturales destacadas de la programación de Museo Las Lilas y su impronta cultural.