Si no hay correcciones, el complejo sojero dejará de ser sustentable

La soja se vuelve clave por mérito propio y por la falta de crecimiento de otros sectores.
Por Rodolfo Luis Rossi | Para LA NACION
El autor es presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina 

El cultivo de la soja, su industrialización, el comercio y los mercados de consumo son relativamente modernos a nivel mundial. De los principales países productores, la Argentina es el más joven, y en cinco décadas se resumen los hechos más significativos.

Todo comienza en los años 60, cuando se aprovecha la información técnica existente para poder avanzar con la tecnología disponible en el manejo básico del cultivo. Por entonces, el grano de soja logra tener precio y se crea la pizarra que promueve la comercialización. En los 70 el cultivo crece más de 20 veces. Se introducen variedades que permiten diversificarlo en las diferentes regiones y se desarrolla la maquinaria adecuada para el laboreo, la siembra y el cuidado del cultivo.

Ya en los 80 se crean las primeras variedades locales, se difunden los agroquímicos que permiten tener cultivos limpios y sanos, y comienza el desarrollo industrial que convierte al país en líder incipiente en la exportación de los subproductos de soja, las harinas proteicas y los aceites.

Durante la década siguiente el cultivo se expande bajo dos hechos fundamentales: la adopción de la siembra directa y el lanzamiento de la soja transgénica. Ambos, en una simbiosis perfecta, modifican favorablemente la manera de producir y apalancan el crecimiento del cultivo en las regiones pampeanas y extrapampeanas, haciendo posible una agricultura más sostenible. El aumento de la producción es continuado y la respuesta es la fuerte inversión de la agroindustria de proceso.

Ya en el nuevo siglo, la soja se vuelve clave para la economía del país, por mérito y competitividad propia y por la falta de crecimiento de otros sectores.

Es en este contexto en el que comienza a ser imperioso contar con una entidad que permita articular los diferentes sectores, y a la vez pensar a futuro una cadena de valor sustentable.

DIEZ AÑOS ATRÁS

Así se crea la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja) en el año 2004. Cumplimos 10 años.

Acsoja se conforma sobre la base de las entidades representativas de todos los sectores, “con el objeto de promocionar la investigación y el desarrollo de la soja y sus derivados, en lo que se relacione a la producción, elaboración y comercialización interna o externa de dichos productos, directamente y/o en colaboración con organismos públicos, mixtos o privados del país o del exterior”.

Ésta es la tarea que emprendimos en esta década. El compromiso de las entidades y sus hombres ha sido destacado. La búsqueda los y logros de consensos frente a las más variadas situaciones y temas le han dado una fortaleza que la han convertido en una institución representativa del sector sojero a nivel local e internacional.

La organización de tres Congresos Internacionales Científico-Técnicos, la formación de comisiones de trabajo en los temas fundamentales, las acciones derivadas de la preocupación permanente en resolver las controversias que se presentan en los diferentes campos y limitan el crecimiento, las misiones internacionales en defensa de los intereses de la cadena, la interacción con los organismos públicos en busca de objetivos y realizaciones estratégicas, la relación fructífera por la defensa de los intereses comunes con las otras cadenas de cultivo son algunas de las actividades desarrolladas en estos años.

Son numerosos los factores de competitividad y las oportunidades del complejo que trascienden a la sociedad toda. También las debilidades y amenazas internas y externas que hay que enfrentar.

El complejo soja se convirtió en el pivote para el desarrollo y la expansión de la frontera agrícola, con una agroindustria potente, con impacto positivo sobre el empleo y el desarrollo regional, con calificados recursos humanos en todos los niveles. Sin embargo, todo el sistema productivo ha detenido su desarrollo debido a las políticas negativas frente al sector.

En este período se han presentado hechos significativos que han generado preocupaciones en toda la cadena. Hoy está en riesgo la sustentabilidad del sistema productivo. El conflicto “campo-gobierno” ha encontrado una cadena unida que no cesa en la demanda de cambios y de correcciones de un rumbo incierto, frente a las oportunidades que presenta un mundo con demanda de alimentos creciente .

La Nación.com