Hace 120 años nacía en Pergamino el expresidente Arturo Illia

 

 

El expresidente Arturo Umberto Illia nació un 4 de agosto de 1900 en Pergamino. (ARCHIVO)

Está entre las personalidades notables que surgieron de nuestra patria chica. Fue derrocado por un golpe de Estado pero el tiempo se encargó de reivindicar su loable paso por la Presidencia de la Nación. Hoy la historia lo reconoce por su capacidad, honradez y humildad.


Se cumplen hoy 120 años del nacimiento de Don Arturo Umberto Illia, el pergaminense que fuera presidente de la Nación entre 1963 y 1966.
Nació el 4 de agosto de 1900 y vivió hasta su adolescencia en la casona que aún conserva la familia sobre avenida Rodríguez Jáuregui, pero su vida profesional y política la desarrolló en Córdoba.
Está entre las personalidades notables que surgieron de nuestra patria chica. Sus características sobresalientes fueron la honradez y la humildad, cualidades rara vez destacadas en la especie política.
Pergamino supo reconocer su ejemplo. De hecho una estatua en la Plaza 25 de Mayo eterniza su figura. En este aniversario de su natalicio, bien vale recordar, la memoria de este hijo sobresaliente de Pergamino.

En la plaza 25 de Mayo de Pergamino se erige una estatua que evoca al expresidente Arturo Illia. (LA OPINION)

Su vida
Tras sus estudios primarios en Pergamino, realizó la secundaria en una institución salesiana y se graduó como doctor en Medicina en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires. Como médico de los Ferrocarriles del Estado se radicó en la ciudad de Cruz del Eje, provincia de Córdoba. Perdió su trabajo en 1930 por razones políticas. Se afilió a la Unión Cívica Radical (UCR).
En 1936 fue electo senador provincial y en 1940 vicegobernador de la provincia de Córdoba. El golpe del 4 de junio de 1943, que derrocó a las autoridades nacionales, produjo también su cese como vicegobernador. Fue electo diputado nacional para el período 1948-1952. En marzo de 1962, como candidato de la UCR, ganó las elecciones a gobernador de la provincia, pero no pudo asumir el cargo por las presiones militares que obligaron al presidente Frondizi a anular las elecciones, en el marco de un proceso que concluyó con el golpe de Estado que determinó su derrocamiento.

En la zona oeste de la ciudad de Pergamino aún se mantiene la casa natal de quien fuera presidente de la Nación entre 1963 y 1966. (LA OPINION)

Illia presidente
Llegó a la primera magistratura tras haberse impuesto la fórmula de la UCR del Pueblo, que compartía con el entrerriano Carlos Perette, en los comicios del 7 de julio de 1963 por el 21,15%. El segundo lugar en las elecciones había sido logrado por los votos en blanco, con un 19,72% de los sufragios, que eran expresión de la resistencia del peronismo proscripto; luego seguían la Ucri de Oscar Alende, con el 16,40%, la Udelpa, que respondía al expresidente de facto Pedro Eugenio Aramburu, con el 7,49%; y 45 partidos más.
El Gobierno de Illia nació con una debilidad intrínseca: la abstención del peronismo constituía un serio escollo por el hecho de que los sindicatos se adherían a esa tendencia política. Otro elemento de debilidad era la falta de mayoría propia en la Cámara de Diputados. Por último, debía manejarse con un Ejército cuyos jefes venían de derrocar al presidente Frondizi, de manipular a su sucesor Guido con el objetivo de proscribir al peronismo y de dividirse en dos líneas que llegaron al enfrentamiento armado entre septiembre de 1962 y abril del año siguiente.
Una de las primeras medidas del Gobierno de Illia fue la de anular los contratos petroleros celebrados durante la presidencia de Arturo Frondizi, los que, a juicio del radicalismo, ponían en serio riesgo la soberanía nacional. El decreto respectivo fue luego enviado a la Cámara de Diputados, la cual formó una comisión con el objetivo de investigar la validez de dichos contratos. Al cabo de intensas deliberaciones que se prolongaron por un año, la Cámara ratificó lo resuelto por el Poder Ejecutivo y acusó al expresidente Frondizi y a su ministro Frigerio de «ser los responsables de las transgresiones morales, de las violaciones jurídicas y de los perjuicios económicos ocasionados.»
En los primeros días de 1964 se presentó en el Congreso un proyecto de ley de medicamentos que regulaba aspectos de su producción y comercialización, con el objetivo de evitar los excesos que cometían los laboratorios, sobre todo los extranjeros. La sanción de esta ley fue vista por muchos analistas políticos como la causa que llevó al derrocamiento del presidente Illia.
El 14 de marzo de 1965 se realizaron elecciones para renovar parcialmente la Cámara de Diputados con la intervención del peronismo, que actuaba bajo la denominación de Unión Popular. La compulsa fue ganada por esta agrupación por 50.000 votos sobre el partido oficial, mientras la agrupación que respondía al ex presidente Frondizi quedó relegada al tercer lugar. De todos modos, el Gobierno logró mantener la primera minoría en diputados y, lo que era a la postre más importante para el sistema, incorporó a una parte del peronismo a las reglas de convivencia democráticas.
Al iniciarse 1966 arreciaron los conflictos gremiales con paros, movilizaciones y ocupaciones de plantas, a los que en mayo se agregaron disturbios estudiantiles que exigían aumento del presupuesto educativo. El 29 de mayo, día del Ejército, el comandante en jefe, general Pistarini, afirmó ante la presencia del presidente Illia que las indecisiones del Gobierno estaban alentando la persistencia del peronismo. Fue ésta la primera manifestación pública de desagrado por parte de los militares. Mientras tanto, diversos medios periodísticos hablaban abiertamente del golpe en gestión, y daban diferentes versiones acerca de sus conductores y participantes.
El 28 de junio se produjo el golpe preparado; las fuerzas armadas actuaron en conjunto y sin desinteligencias entre sus componentes. Illia no tenía ningún respaldo entre los militares, y fue desalojado de la Casa de Gobierno por una compañía de lanzagases. Asumió inmediatamente la presidencia el general Juan Carlos Onganía.

La vivienda natal de Arturo Illia aún conserva varios objetos de principios del siglo pasado, época en que nació el expresidente. (LA OPINION)

El Gobierno del presidente Illia cayó por sus debilidades de nacimiento, en particular por el escaso apoyo electoral, a lo que se sumó la gigantesca concertación entre las fuerzas armadas y ciertos sectores del periodismo en complicidad con una parte importante del sindicalismo peronista. Estos sectores postulaban que la lentitud e irresolución del Poder Ejecutivo constituían un obstáculo en la carrera hacia la modernización de la sociedad.
En lo económico, el Gobierno de Illia aprovechó el impulso de la salida de la crisis económica de 1962-63 y, con medidas acertadas, logró una reactivación. El producto interior bruto y el industrial crecieron, la balanza comercial obtuvo saldos favorables y la inflación se redujo.

(Fuente: La Opinión de Pergamino)