«Llegaron ya, los reyes eran tres, Melchor, Gaspar y Baltasar», dice el famoso verso al referirse a la «visita» que nos hacen durante la noche que va del 5 al 6 de enero para traerle obsequios a los niños que se portaron bien durante el año.

La celebración no sólo se realiza en Argentina sino que también se lleva a cabo en gran parte de Hispanoamérica y otros países del mundo.

Según el evangelio de San Mateo, los Reyes Magos -nombre por el que la tradición cristiana denomina a los sacerdotes eruditos en el Antiguo Oriente-, acudieron al nacimiento de Jesús para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica en aquellos tiempos: oro, incienso y mirra.​

Las escrituras aseguran que a los tres los guió la Estrella de Belén hasta el pesebre. Cuando llegaron, encontraron al niño Jesús recién nacido y lo adoraron.

Costumbres y más

La tradición de convertir la noche de Reyes en una celebración con regalos para los pequeños comenzó en el siglo XIX en España y luego se expandió hacia otros países.

Una de las principales tradiciones vinculadas a la fecha es la carta que escriben los niños no sólo pidiendo el regalo que desean sino, también, destacando los logros que tuvieron durante el año.

Además, es costumbre dejar en la puerta del hogar los zapatos, para que los Reyes Magos depositen allí su obsequio. Junto a estos, también, se suele dejar agua y pasto (o algún alimento) para que los camellos en los que viajan puedan alimentarse.

Y algo más… Es habitual que los niños se acuesten más temprano esa noche a fin de que Melchor, Gaspar y Baltasar tengan más tiempo y tranquilidad para repartir los regalos.

(Fuente: CLARIN.COM)