Paraje Manantiales Chico está de nuevo y es una alternativa para el turismo rural

Conocido popularmente como «La Llera», (Propiedad de Aurelio Llera y Familia) este espacio reabrió sus puertas en el anexo al antiguo almacén. Julia Aguilar y su familia aceptaron la propuesta de los propietarios del predio, pusieron «manos a la obra» y están logrando reflotar una zona emblemática del Partido de Pergamino. Los fines de semana la gente se acerca a pasar un día al aire libre.

La experiencia ligada a la vida de campo, que se desarrolla en espacios naturales amplios, confortables y con personas generalmente de la zona, es una de las características que buscan reflotar quienes están al frente del Paraje Manantiales Chico, popularmente conocido como «La Llera».

Hace alrededor de un mes y medio, Julia Aguilar y su familia decidieron aceptar una propuesta de quienes ahora son los herederos de este emblemático almacén de campo que estuvo cerrado durante muchos años. Y lo que en principio comenzó como un «haber que pasa», se convirtió en un lugar que día a día recupera el movimiento que supo tener cuando allí se despachaban alimentos, bebidas y todo aquello que los habitantes de la zona rural necesitaban.

Si bien los tiempos cambiaron respecto de lo que ofrece el comercio, la atracción de este espacio hizo que familias de localidades cercanas, trabajadores agropecuarios, motoqueros, ciclistas y ocasionales curiosos se acerquen los fines de semana a tomar algo y degustar de las comidas caseras que Aguilar y sus hijas elaboran.

Las actividades que permiten compartir el entorno natural y cultural pampeano contienen un alto componente vivencial y estas experiencias actualmente se pueden lograr allí.

– ¿Cómo están funcionado el emprendimiento en relación con las expectativas con las que encararon el emprendimiento?

– Estamos trabajando bien, muy contentos con la respuesta de la gente porque con el paso de los días se suman visitantes. Algunos nos cuentan que venían cuando estaba el almacén funcionando, otros que escucharon hablar de «La Llera» y quieren conocerlo, y los fines de semanas se acercan ciclistas y familias en general que eligen llegarse a pasar un momento diferente, alejados de la ciudad para disfrutando de la historia que tiene el predio.

– Y cuando llegan al Paraje ¿cuál es la reacción que advierten?

– Paraje Manantiales Chico es muy popular en el Partido de Pergamino y la gente está fascinada, les encanta el lugar y reconocen la atención y la comida que les brindamos en un espacio bien tranquilo. Nos cuentan que buscan justamente pasar un día en paz, al aire libre y sin ruidos.

– ¿Qué están ofreciendo? 

– Primeramente queremos dar una buena atención, más que nada que se sientan muy cómodos y tranquilos. Luego les contamos lo que tenemos para tomar y comer; y en relación a eso ofrecemos algunas «picaditas», sándwich de milanesa, hamburguesas caseras y otras cosas más que vamos sumando con el correr de los días. Por supuesto que lo acompañamos con gaseosas, aguas saborizadas y demás bebidas que agregamos a pedido de los clientes.

– ¿Cómo son los fines de semana en el Paraje a partir de la reapertura de este lugar?

– Es una gratitud muy grande para nosotros. La gente es muy querible, charlan y siempre cuentan anécdotas porque recuerdan viejos tiempos; nos hacen sentir muy queridos y realmente son visitas muy gratas al Paraje Manantiales Chico.

Desde que abrimos el espacio lindero al tradicional almacén, los sábados y domingos son otra cosa para todos los que pasan; son caminos rurales transitados por máquinas, tractores y camionetas; y ahora por motos, bicicletas y autos particulares que buscan detrás de los árboles hasta encontrarnos.

Para lograr una mayor comunicación, decidimos crear una cuenta de Facebook con el fin de mantenernos en contacto con la gente; los visitantes suben fotos y comentarios respecto a la experiencia que vivieron cuando nos visitaron; y allí, en las redes sociales, estamos como Paraje Manantiales Chico, y lo usamos también para reservas.

– Un gran desafío volver a poner en el mapa un punto que estuvo tantos años inactivo y sin el paso frecuente de gente. Es decir, nadie pasa y lo ve sino que debe haber una decisión previa de ir a Manantiales Chico. ¿No se arrepienten de la apuesta a esta geografía en lugar de un local gastronómico urbano? 

– Para nada. Estamos eternamente agradecidos a los propietarios del lugar que nos dieron una gran mano, nos incentivaron a abrir el anexo al almacén y no tenemos palabras de gratitud para ellos. Y por supuesto que no nos arrepentimos de haberlos escuchado ya que se nos ocurrió probar para ver cómo reaccionaba la gente y de verdad que tuvo buena recepción.

Siempre digo que nos daba mucha melancolía ver el almacén cerrado, era una sensación de vacío muy grande en todos nosotros ya que supimos conocerlo cuando era realmente un negocio de ramos generales, despacho de bebidas y demás atenciones que se brindaban a la población rural del Paraje Manantiales Chico. Era triste pasar y que no haya nadie, por eso hicimos todo lo posible, con el acompañamiento de los propietarios, y logramos verlo «latir» otra vez para satisfacción de muchísimas personas.

FUENTE: La Opinión Pergamino