Gran músico, mejor persona. Humilde y servicial, fue un gran amigo. Nuestro homenaje en esta carta.

EN ALAS DEL CANTO

( Auf Flügeln des Gesanges) como reza la obra de Félix Mendelssohn, vimos partir en la trasnoche del martes a nuestro querido padre José Antonio “Chichito” Lucci.

Músico increíble, conocedor de un vastísimo repertorio de muchos estilos.

Podías tocar con él lo que venga “a primera oreja” y en cualquier tono.

Por citar algo tan solo fue la voz cantada del Martín Fierro de Zurbarán, coautor de la marcha militar a Jorge Newbery ( si poco fuera ser por muchos años la marcha oficial de la Fuerza Aérea Argentina también se la pasaba en las veladas de box del Luna Park ).

Solíamos escuchar con él, y con el mismo entusiasmo, tanto a “Los Quilla Huasi” como el Jazz de Stéphane Grappelli o la ópera Gianni Schicchi (su preferida) de Puccini hasta altas horas de la madrugada.

Juntos tocamos mucho, caray es que siempre nos pareció muy poco.

Carta póstuma de sus hijos: José y Adrián Lucci

Ambos son, también, eximios músicos.