El ministerio, en su área de Hidráulica, “maneja un presupuesto superior a los 2.000 millones de pesos, siendo casi la tercera parte del presupuesto de la cartera de Infraestructura”, afirman en el comunicado. “No obstante, nunca alcanza a gastar ni la mitad de los fondos que terminan siendo desviados a otras áreas de ese u otro ministerio, sin rendirse cuentas explícitas y oportunas”.
En este contexto, la UDUV calificó de “vergonzoso que una secuencia de lluvias que no superó en 4 días los 100 milímetros provoque tamaña consecuencia.”
Entre las obras más postergadas está la del Plan Maestro del Río Salado y la de sus canales afluentes en cada uno de los tramos, más la cuenca del Noroeste Bonaerense que por su condición deprimida y limitada por características medanosas, no encuentra un fácil drenaje.
En el mismo sentido, sigue latente el pedido de aplicación del Fondo Hídrico, el cual está incluido en los combustibles como un plus impositivo, pero que desde 2006, más del 90 % se destina a obras del Conurbano Bonaerense, no estrictamente vinculadas al drenaje de las cuencas y subcuencas interiores, y menos a la preservación de los caminos, cuya jurisdicción o competencia es municipio.