Franco Stabile era un chico más de la comunidad, a sus diecisiete años tenía toda su vida por delante, pero en su camino se interpuso la desidia de las autoridades a las que poco les importa la vida humana.

El cruce de la ruta 7 y 41 nuevamente se ha trasformado en una trampa mortal. Desde el reasfaltado de la misma se eliminaron los reductores de velocidad y causa de esta imprudencia más de 20 accidentes se han registrado en el cruce de ambas rutas.

El último le costó la vida a Franco Stabile quien el sábado pasado fue atropellado por un automóvil cuando se dirigía a cobrar su sueldo en una planta en la que trabajaba.
Hasta cuando deberemos soportar que las personas se mueran, que cruzar por ese lugar sea una de las situaciones más peligrosas posibles. La desidia de las autoridades por el cuidado de la vida humana se ha cobrado la vida de Franco.

El estado debe dar seguridad y cuando hablamos de seguridad también hablamos de esto, no solo que un delincuente te mate sino también la de poder circular con seguridad por cualquier lugar.
Basta de muertes en el cruce de la ruta 7 y 41, basta de desidia de las autoridades, basta de peligro sin sentido.

Hagan algo, pero háganlo ya.

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