PARA LA NACION
SANTIAGO.- Cuando llega un invitado importante al Palacio de La Moneda, lo normal es que baje del auto, gire, salude a la gente desde lejos y entre por la puerta principal. Mauricio Macri llegó ayer a cenar con Michelle Bachelet a la casa de gobierno y en lugar de girar, caminó media cuadra y fue a saludar a algunos argentinos que estaban esperándolo.
Venía con el canciller chileno, Heraldo Muñoz, con quien se había reunido apenas llegó desde Brasil. Macri cenó anoche con la presidenta chilena y también tuvo durante algunos minutos una suerte de cumbre con Bachelet y Tabaré Vázquez, el presidente uruguayo, que estaba de visita oficial en Chile.
Macri dijo que con Bachelet habló sobre «la mejora en nuestras relaciones, la construcción conjunta, el trabajo. Soy un admirador del pueblo chileno, de todos los avances que han ido teniendo a lo largo de estas últimas décadas, y creo que hay mucho para hacer en conjunto, así que estamos acá para visitarlos, para hablar con la presidenta y para conversar con el presidente Tabaré, que también justo está de visita en Santiago de Chile».
Sobre las expectativas que tiene con Chile para los dos años de gobierno que le restan a Bachelet, dijo que tiene «las mejores expectativas». Y agregó: «Hay mucho para trabajar en conjunto, hay acuerdos que se alcanzaron en Maipú, que tienen que vitalizarse, hay obras que permitirían conectar nuestros países, hay que permitir el desarrollo articulado de nuestras economías, generando empleos. Conversábamos con la presidenta el desafío que nos plantea el mundo, el salto tecnológico, donde se destruyen y crean empleos todos los días. Queremos ser parte de la creación de empleos, hay una agenda a la que esperamos darle curso en los próximos meses».
Sobre su reunión con Dilma Rousseff, Macri reiteró que «compartimos que hay que darle vitalidad y funcionamiento activo al Mercosur, que ha sido dilatado e interferido mucho. Y hay que ir convergiendo hacia la Alianza del Pacífico, fortaleciendo a la Aladi en la relación país a país».
En esa línea, planteó que la Argentina y Chile deben estrechar lazos comerciales y diplomáticos, mirando incluso a liderar junto a Bolivia y Brasil la integración de la matriz energética en la región. Cuando le preguntaron si había abordado con Bachelet el litigio por la salida al mar de Bolivia en La Haya, sólo dijo que no llegó a ahondar en el tema, pero que esperaba «que pueblos hermanos encuentren solución a este conflicto».
Sí fue enfático en la insistencia que hará la derecha chilena para la extradición de Galvarino Apablaza, refugiado político en la Argentina y buscado en Chile por su presunta participación en el crimen del senador Jaime Guzmán, en 1991. «Lo que dijo la canciller es lo que vamos a hacer: vamos a estudiar el tema», respondió Macri antes de dejar el Salón O’Higgins.