Estancias y hacendados en el pago de Cañada de la Cruz del siglo XVIII (Parte II)

 

 

Mauro Luis Pelozatto Reilly

 

 

 

En el estudio de estos temas de Historia social y económica correspondientes al período de la Colonia, suelen aparecer términos empleados en textos y documentos que dar lugar a confusiones y errores. Vale la pena aclarar, y mucho, que cuando uno se refiere a hacendados, al menos en el caso que se estudia aquí, no se está hablando de grandes terratenientes o estancieros propietarios de considerables extensiones de tierras productivas y un cuantioso número de cabezas de ganado. Más bien se habla, en el caso de este padrón, de todos aquellos que tenían hacienda, es decir ganados, en menor o en mayor medida. Pese a que el empadronador, el Alcalde de la Hermandad don Francisco Casco, aclare antes de exponer los datos obtenidos que se tomó ‘‘por apunte a todos los del partido’’ de su jurisdicción, queda más que claro que no se incluyó a todos los habitantes de esos pagos, ya que, como veremos, el número de esclavos, indios y otras castas es casi inexistente, lo cual es muy poco confiable.

Claramente, se trata de un padrón de hacendados y no de estancieros, puesto que sobre un total de 192 empadronados, 142 tenían tierras, mientras que los restantes 50 solamente tenían ganados o directamente ‘‘no tenían nada’’. Eso quiere decir que no se consideraba solo a los que tenían tierras como hacendados.

Con respecto a los estancieros, hay que aclarar que se hace referencia cuando se los menciona, más que nada, a los propietarios de estancias, es decir, unidades productivas rurales, quedando al margen los que únicamente tenían ganado o los que no tenían otra cosa que su fuerza de trabajo.

Pues bien, entonces veamos qué nos dicen las fuentes al respecto para el caso de las propiedades rurales en Cañada de la Cruz hacia 1789. Por un lado, hay que resaltar que sobre un total de 192 habitantes registrados como hacendados, 142 tenían propiedades territoriales, lo cual equivale a un 74%. Esto quiere decir que, al menos para este caso localmente situado, podría haber productores de ese tipo que tenían ganados pero no acceso a la tierra.

Por otra parte, se contabilizaron un total de 63.493 varas de frente entre todas las unidades productivas, dando un promedio de 447,13 varas de frente por cada propiedad. Al mismo tiempo, es importante tener en presente que no todas las explotaciones pecuarias, si las analizamos por separado, llegaban a tales dimensiones: sobre un total de 142, solamente consta de que 54 de ellas superaban las 500 varas, mientras que el resto (el 62% del total) no llegaban a ese tamaño. En pocas palabras, podría decirse que había en todo el partido un número mayor de pequeños y medianos propietarios que de grandes terratenientes.

En definitiva, está claro que cuando nos referimos a los vecinos criadores, no estamos hablando de terratenientes (en menor o mayor medida), sino re propietarios de aunque sea una mínima porción de bienes de hacienda o de ganado.

De hecho, en el padrón analizado figuran campesinos que no tenían propiedad sobre la tierra: por ejemplo, Tadeo Sanbrano no tenía tierras pero poseía 30 cabezas de vacas y 10 caballos con sus respectivas marcas; Pedro Gómez, agregado español, no tenía más que una vaca y 8 caballos; Inocencio Barrios, pardo agregado, no tenía tierras, vacas ni ovejas, pero sí 30 yeguas y 10 caballos. Éstos, entre otros casos que similares figuran en el mismo registro, eran considerados ganaderos como también lo eran los grandes terratenientes dueños de numerosas cantidades de ganado.

 

Además, si se observan las estadísticas anteriormente mencionadas, se puede apreciar una notoria supremacía de las propiedades que van desde 1 a 500 varas de frente (a las cuales se ha clasificado aquí como pequeñas y medianas explotaciones), contra las que excedían las 500 (grandes). En resumen, no podríamos hablar de muchas estancias propiamente dichas en Cañada de la Cruz, sino

 

Bibliografía y fuentes

AZCUY AMEGHINO, Eduardo (1996). ‘‘Hacendados, poder y Estado virreinal’’. En AZCUY AMEGHINO, Eduardo (Dir.). Poder terrateniente, relaciones de producción y orden colonial. Buenos Aires, Fernando García Cambeiro.

FRADKIN, Raúl y GARAVAGLIA, Juan Carlos (2009). La Argentina colonial. El Río de la Plata entre los siglos XVI y XIX. Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores.

GARAVAGLIA, Juan Carlos (1999). Pastores y labradores de Buenos Aires. Una historia agraria de la campaña bonaerense 1700-1830. Buenos Aires, Ediciones de la flor.

MAYO, Carlos (2004). Estancia y sociedad en la pampa (1740-1820). Buenos Aires, Editorial Biblos.

Padrón de ‘‘hacendados’’ del Partido de Cañada de la Cruz, 1789. En AZCUY AMEGHINO, Eduardo (1996). Poder terrateniente, relaciones de producción y orden colonial. Buenos Aires, Fernando García Cambeiro, pp. 229-258.

PELOZATTO REILLY, Mauro Luis (2014). ‘‘La estancia rioplatense a fines del siglo XVIII: los ‘‘hacendados’’ de Cañada de la Cruz (1789) ’’, en II Jornadas de Investigación ‘‘Rogelio C. Paredes’’, Universidad de Morón, 14 y 15 de noviembre

Mauro Luis Pelozatto Reilly

Profesor en Historia egresado de la Universidad de Morón (UM), y Especialista en Ciencias Sociales con mención en Historia Social por la Universidad Nacional de Luján (UNLu). Se desempeña como docente universitario en la materia Historia de América I, de la carrera de Profesorado en Historia (UM), y en Seminario de Investigación I y II, de la carrera de Licenciatura en Historia (Universidad Nacional de La Matanza –UNLaM-). Ha realizado investigaciones sobre distintos temas de Historia Colonial de Buenos Aires, Santa Fe, San Luis, y distintos puntos de la América Española. Varios de sus trabajos han sido publicados en revistas académicas, de la Argentina y el exterior (Chile, Costa Rica, España, Guatemala, México y Uruguay), y en distintos diarios de la Provincia de Buenos Aires, de la Argentina (Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe), Colombia y Paraguay. Es autor del libro Entre rodeos y campos de cultivo: Productores, trabajadores y mercados en Buenos Aires rural colonial (1726-1759) (Editorial Académica Española, 2017). También escribe regularmente para la Revista Raíces (Uruguay), de publicación mensual, y ha disertado ponencias en varios institutos de formación docente y universidades del país.