Los gritos que Alberto Fernández no quiere escuchar

Una nueva convocatoria en contra del Gobierno de Alberto Fernández divide a la sociedad. (Dibujo: NOVA).

A pocos días del anuncio de la extensión de la cuarentena, se llevará a cabo este lunes 17 de agosto un banderazo opositor, una nueva marcha que le enrostra a Alberto Fernández que una gran parte de la población argentina está disconforme con sus políticas.

El día elegido para la protesta no es casual. Desde las redes sociales, la convocatoria reúne varios conceptos de gran poder simbólico por su carga patriótica: la bandera argentina y la conmemoración del «Paso a la Inmortalidad del General José de San Martín», nuestro prócer libertador.

Desde Juntos por el Cambio tiraron la pelota para otro sector de la cancha, y aseguraron que no se trata de una manifestación partidaria, sino espontánea, en un intento de desestimar categóricamente todo argumento que quisiera ubicarlos en el lugar de la agitación social, en un momento en el que la Justicia tiene puesta la lupa sobre el ex presidente Mauricio Macri por sus maniobras de espionaje ilegal.

En este clima efervescente, el referente radical Luis Brandoni recogió el guante que dejaron caer desde varios sectores y fortaleció el llamado a la marcha desde Twitter, donde escribió un duro mensaje: «Vamos a hacernos oír otra vez, cumpliendo todo los protocolos que hay que respetar, salgamos a manifestar nuestra oposición a cualquier intento de atropellar las instituciones fundamentales de la democracia republicana. En homenaje al General San Martín, salgamos con nuestras banderas y nuestras voces a todas las calles del país».

Cabe recordar que el 20 de junio y el 9 de julio, a meses de asumir, el presidente tuvo que soportar manifestaciones contra la expropiación de Vicentin (medida que finalmente decidió anular), y el avance sobre el campo y la Justicia.

En sus últimas apariciones oficiales, mientras los ánimos caldeados gestaban la protesta que hoy enciende las calles, el mandatario nacional se encargó de recalcar que el resto del mundo habla maravillas de los logros sanitarios de su Gobierno en pleno avance de pandemia.

Sin embargo, la realidad del país muestra un mapa quebrado a nivel ideológico, con gente que reclama “libertad” tras cinco meses de encierro, pymes liquidadas, y una herida que cala cada vez más hondo en el tejido social, debido a la profunda crisis económica que está dejando severas secuelas en materia de pobreza y desempleo.

(Fuente: Agencia NOVA)