Obama y Castro anunciaron sorpresivamente el acercamiento de ambos países después de más de medio siglo de tensión; Francisco fue un actor clave en la mediación, que duró un año; incluye la apertura de embajadas y el intercambio de espías
Por Rafael Mathus Ruiz | Para LA NACION
NUEVA YORK.- En un giro histórico que pone fin a más de medio siglo de enemistad, Estados Unidos y Cuba sorprendieron al mundo ayer al anunciar quereanudarán sus relaciones diplomáticas y fortalecerán sus lazos económicos. La decisión rompe el aislamiento heredado de la Guerra Fría sobre La Habana y abre una nueva era en el vínculo entre América latina y Washington.
El inesperado acuerdo, que estuvo mediado por el papa Francisco y Canadá, fue anunciado simultáneamente por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en Washington, y el presidente de Cuba, Raúl Castro, en La Habana. Y se forjó en un año y medio de negociaciones que culminaron, anteayer, con una conversación telefónica entre ambos mandatarios, de una hora, que sepultó el quiebre de las relaciones, iniciado en enero de 1961. «Estos 50 años demostraron que el aislamiento no funcionó. Es hora de un nuevo enfoque», dijo Obama, en un discurso desde la Casa Blanca.
«Los progresos alcanzados en los intercambios sostenidos demuestran que es posible encontrar solución a muchos problemas», enfatizó Castro, sentado en su escritorio, vestido con su uniforme militar. «Como hemos repetido, debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias, agregó.
El acuerdo se logró luego de que Cuba aceptara liberar por «razones humanitarias» a Alan Gross, un contratista que trabajaba para la Agencia de Desarrollo Internacional (Usaid, según sus siglas en inglés), preso desde hacía cinco años y cuya salud se había deteriorado. Además, Cuba dejó en libertad a un espía norteamericano de origen cubano que no fue identificado. Por su parte, Estados Unidos entregó a tres espías cubanos. Gross, cuyo encarcelamiento era el principal obstáculo para el acercamiento entre ambos países, regresó ayer a Estados Unidos en un avión militar.
El histórico anuncio dejó atrás décadas de distanciamiento y enfrentamientos -los más notables: la fallida invasión de la Bahía de Cochinos, en 1961, y la crisis de los misiles rusos, un año más tarde- y marcó un hito en la apertura de Cuba bajo el régimen de los hermanos Castro.
El papa Francisco fue protagonista del giro: hizo gestiones personales que facilitaron el acercamiento y resucitaron los pergaminos diplomáticos del Vaticano. Ambos mandatarios le agradecieron esas gestiones en sus discursos.
Obama dijo que el ejemplo de Francisco demostraba «la importancia de proseguir el mundo como debe ser, en lugar de conformarse con el mundo tal como es». El gobierno de Canadá también participó de las discusiones.
Ambos presidentes reconocieron que, pese al acercamiento, aún persisten diferencias en áreas sensibles que ahora se discutirán cara a cara, sobre todo, el respeto a los derechos humanos, el impulso a la democracia y la política exterior.
Castro, además, renovó la ofensiva contra el embargo económico, comercial y financiero que ha atenazado a Cuba. Ese bloqueo «debe cesar», advirtió en su discurso.
Obama se comprometió a discutir el levantamiento del embargo con el Congreso, dominado por los republicanos, y el único que puede acabar con la ley del embargo. Ese cambio, antaño impensado, cuenta ahora con el respaldo de la mayoría de los norteamericanos y de la comunidad cubana en Estados Unidos.
La nueva política llevará algo de alivio a la economía de Cuba, que en parte dependía de la alicaída Venezuela, paralizada, aquejada por una alta inflación y, ahora, muy golpeada con el desplome del petróleo.
Obama anunció que flexibilizará las restricciones para viajar y enviar remesas desde Estados Unidos. Bancos norteamericanos podrán abrir cuentas en bancos cubanos. Será más fácil exportar bienes a Cuba, y se incrementarán las conexiones de telecomunicaciones con la isla. Además de restablecer relaciones diplomáticas, abrir una embajada en La Habana y nombrar a un nuevo embajador, el presidente norteamericano también dijo que ordenó revisar la designación de Cuba como «Estado patrocinador del terrorismo».
La sorpresiva reconciliación política de Washington y La Habana tuvo reacciones dispares. Fue celebrada por los cubanos, pero criticada por el exilio en Miami.
Allí, los cubanos norteamericanos de la vieja guardia cuestionaron a Obama y sus «excesivas concesiones al régimen». Esas críticas tuvieron eco en el arco político. La decisión de Obama recibió reprimendas de republicanos, como el senador Marco Rubio, y de los propios demócratas, como el senador Bob Menéndez.
El anuncio, sin embargo, fue celebrado por todos los presidentes de la región ya que inaugura una nueva etapa en las relaciones de Estados Unidos con América latina.
Altos funcionarios del gobierno de Obama se mostraban ayer entusiasmados en que el cambio más significativo de la política hacia la isla en medio siglo fuera un evento transformativo en el vínculo con el resto del continente.
«Cuba dominó la agenda bilateral entre Estados Unidos y América latina», indicó a LA NACION Juan Carlos Hidalgo, analista del Instituto Cato, un centro de estudios liberal de Washington. «Este anuncio remueve una reliquia de la Guerra Fría, esta idea de que Estados Unidos no puede entablar una relación bilateral con la isla», completó.
En su discurso, Obama se preocupó por ofrecer un guiño a toda la región. En abril del año próximo, recordó, Cuba se sumará, por primera vez, a la Cumbre de las Américas que se hará en Panamá, un encuentro que logrará algo inédito: reunir a todos los mandatarios del continente. Obama marcó el cambio de tono con un gesto inédito, cuando, al cerrar su discurso, soltó una frase en español: «Todos somos americanos».
OBAMA, ANTE LA «HORA DE UN NUEVO ENFOQUE»
«Estos 50 años mostraron que el aislamiento no funcionó. Es el momento de un nuevo enfoque. Empezaremos a normalizar las relaciones entre nuestros países.Para los estadounidenses que no estén de acuerdo conmigo, piensen en esta pregunta: ¿Para qué nos han servido décadas de bloqueo? Décadas de aislamiento a Cuba por parte de Estados Unidos no han conseguido el perdurable objetivo de promover el surgimiento de una Cuba estable, próspera y democrática. Empujar a Cuba al abismo no beneficia a Estados Unidos ni al pueblo cubano.»
«Hoy vamos a renovar nuestro liderazgo en el continente americano. Vamos a levar las anclas del pasado porque es necesario alcanzar un futuro mejor: para nuestros intereses nacionales, para las personas que viven en Estados Unidos y para el pueblo cubano. Todos somos americanos [lo dijo en español].»
«No espero que los cambios que estoy anunciando hoy provoquen una transformación de la sociedad cubana de la noche a la mañana.»
«En particular, quiero agradecer a su santidad el papa Francisco, cuyo ejemplo moral nos muestra la importancia de luchar por un mundo como debe ser, en lugar de simplemente aceptarlo tal y como es.»
RAÚL CASTRO PROPONE «ADOPTAR MEDIDAS MUTUAS»
«Resultado de un diálogo al más alto nivel, que incluyó una conversación telefónica que sostuve ayer con el presidente Barack Obama, se ha podido avanzar en la solución de algunos temas de interés para ambas naciones. Hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico financiero y comercial que provoca daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar.»
«Decidimos excarcelar y expulsar a los Estados Unidos a un espía de origen cubano que estuvo al servicio de esa nación. Basado en razones humanitarias, hoy fue devuelto a su país el ciudadano Alan Gross.»
«Quiero agradecer y reconocer el apoyo del Vaticano y especialmente del papa Francisco el mejoramiento de las relaciones con los Estados Unidos, igualmente al gobierno de Canadá por las facilidades creadas para el diálogo entre ambos países.»
«Proponemos al gobierno de los Estados Unidos adoptar medidas mutuas para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre nuestros países, basados en los principios del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas.»